El lenguado es uno de los peces planos de mayor valor gastronómico junto con el rodaballo. Se alimenta de pequeños peces, crustáceos e invertebrados marinos que caza permaneciendo agazapado bajo la arena o bajo el lodo del fondo marino dejando al descubierto sólo los ojos.
Es uno de los pescados que menos rechazo produce en los niños a los que no les gusta el pescado (que no es el caso del mío, jejeje)
Aprovechando que estamos en temporada de lenguado, hoy hemos hemos disfrutado estos lenguados con salsa de vino blanco y tomate.
Ingredientes:
3 lenguados (éstos eran de ración)
Harina para rebozar
Aceite de oliva
Para la salsa
1 cebolla
1 diente de ajo
4 tomates grandes maduros (o tomate triturado)
20 cl de vino blanco
1 hoja de laurel
1 ramita de tomillo
Pimienta negra molida
Aceite de oliva
Sal
Elaboración:
Comenzamos haciendo la salsa y para ello picamos finamente la cebolla y la ponemos a pochar en aceite de oliva. Luego vamos añadiendo los tomates pelados, despepitados y troceados (también se puede sustituir por 200 ml de tomate triturado) y el ajo muy picado.
Cuando el tomate deja de soltar agua y empieza a freirse, añadir el vino blanco, la hoja de laurel, la ramita de tomillo , la pimienta negra molida y la sal.
Dejar unos 10 minutos cocinarse a fuego medio-bajo.
Mientras enharinamos los lenguados ya limpios y sazonados y los freimos en aceite de oliva bien caliente.
Una vez fritos los sacamos a un plato con papel absorbente para que suelten el exceso de aceite y posteriormente los metemos en la salsa y dejamos cocinar dos o tres minutos más los lenguados junto con la salsa.
Listos para comer.